Siempre pensé que el mundo iba en sentido contrario a mi,
y que nada de lo que ocurría en esta vida tenía sentido,
hasta que paré atención a una canción que he escuchado miles y miles de veces,
y me dí cuenta de que quien va a contracorriente soy yo,
No sé si es que el mundo está al revés o soy yo el que está cabeza abajo
nada de lo que sé es gracias a lo que me hayan enseñado en la escuela,
Todo lo que sé me lo enseñó una bruja
y cuantos más conocimientos tenía, más miedo me daba yo misma
y el mundo que se cernía sobre mí.
Empecé a odiarlo todo y a todos, a contradecirme a mí misma,
a equivocarme, intentar rectificar y meter la pata de nuevo.
Después de mucho tiempo aprendí que hay cosas que es mejor no aprender
Y a modo de liberación, cada verso de esta canción
me hacía comprender que no existe sentido en esta vida,
si no el sentido que le pongas a la tuya propia.
Sin miedo a nada,
sin tabúes,
¿por qué no empezamos la casa por el tejado?
A coger el cielo con las manos, a reír y a llorar lo que te canto, a coser mi alma rota, a perder el miedo a quedar como un idiota, y a empezar la casa por el tejado, a poder dormir cuando tú no estás a mi lado.
Y cada vez que tenía una duda existencial, o desconfiaba
de mí misma y mi sabiduría necesitaba
apoyarme en mi pareja,
pensando que sus ideales son los que debo tener yo
porque así veré las cosas mucho mejor,
hasta que me dí cuenta de que de la única manera en la que viviré bien
es viviendo según mis propios ideales,
y vivir para mí misma.
Aún así sigo sin poder dormir cuando tú no estás a mi lado.
