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jueves, 3 de octubre de 2013

16 años, qué gran regalo.

02 de Octubre de 1997. Al rededor de las diez de la mañana.



Ella entonces tenía unos cinco meses, y a esas horas probablemente estaba tomándose un biberón, o durmiendo. Quién sabe. Quién iba a saber también que mientras ella era un pequeño bebé, en ese preciso momento de su vida, nació una nueva. Un pequeño niño, con dos manitas y dos pies pequeños como una piedra, y suaves como el algodón. Con dos grandes ojos que miraban con asombro al mundo. Con una boca aún incapaz de hablar, pero que con una simple sonrisa, lo expresaba todo.




Como es de suponer, ese bebé creció. Pasó de los mejores años de su vida en su infancia, le encantaba subirse a los árboles en los recreos, era muy revoltoso, e incluso en su colegio le llamaban "la peste bubónica". También sé que le encantaba estar en el campo con su tío, y que él le enseñara lo que es la vida realmente, y no lo que te cuentan tus padres o te enseñan en la escuela. Le enseñó tanto las partes buenas como las crudas, con la esperanza de darle unas buenas bases y que, cuando las cosas en su vida se pusieran difíciles, no le pillaran por sorpresa y pudiera sobreponerse a todo. En esos tiempos sólo era un niño, un niño al que le encantaba jugar con palos.
"Los palos no son simples palos. Los palos pueden ser un bastón, y puedes jugar como si fueras un señor mayor o un hombre importante. También puede ser una espada, o un sable láser, o incluso una pistola. Un palo puede ser cualquier cosa sin serla realmente", dijo en una ocasión.
A veces, también luchaba contra los ventiladores de su casa y disparaba contra los interruptores de la luz como si fueran enemigos. El resto del tiempo probablemente estaba con su hermano mayor, de quien, aún siendo el pequeño, siempre cuidaba, y viceversa. 

Pero entonces llegó la etapa más dura por el momento, la preadolescencia. Cosas sucedieron en su vida que fueron duras, muy duras y difíciles de soportar para él. Puede, además, que no hiciera las cosas del todo bien. Que estuviera metido en algún asunto turbio intentando evadir la realidad que le ahogaba. Pero algunos días era capaz de sentirse el rey del mundo. Pues, puede que nosotros no viéramos bien lo que este pequeño chico hacía, pero era la única manera que tenía de relacionarse con el mundo y expresarle a la vida su desagradecimiento, y su frustración ante todo lo que ésta le había arrebatado. Nunca fue un mal chico. No lo digo por lo que pueda considerar la mayoría como "buena persona", si no por lo que se ve en él,  por lo que su yo más interior transmite con una simple mirada, por cómo expresa lo que piensa, siente y ve, aún con escasas palabras, lo interpreta directamente desde el interior, y entonces se puede comprender que tiene una visión de la vida muy diferente a cualquier otra persona, a pesar de todo lo que ha vivido, en muy poco tiempo.



En ningún momento pudo ella imaginar que aquél que naciera el dos de octubre del 97, llevando una vida totalmente paralela a la suya, fuera realmente tan parecido a ella, y por algún motivo más que conocido para ambos se cruzara en su camino para formar parte totalmente esencial de éste. Porque aún creyéndose completos desconocidos, no era más que la misma abuela de ella la que en el colegio describía a ese pequeño niño como la "Peste Bubónica" mientras cuidaba de él, y no era otro que su propio primo, gran compañero de juegos durante su infancia, el mejor amigo del bichito (apodado así por su madre) travieso que se colgaba de los árboles y disfrutaba de la vida tal cual es, del modo más natural, sin importarle nunca el patrón social a seguir, simplemente guiado por su instinto de niño. Y eso no es todo, también resultó existir alguna ocasión en sus infancias en la que sin ser conscientes de sus existencias se encontraron, e incluso intercambiaron las miradas. ¿Cómo iba a saber ninguno de ellos que no se trataban de simples encuentros casuales?...

A sus casi dieciséis años de existencia, cuando por desgracia la vida ya no le permitía guiarse por su inocencia e instinto, y había una guerra en su interior, deseando deshacerse de aquello que le oprimía y que a la vez, cuando salía a la luz, le hacía sentir tan libre, cuando desesperaba por comprender quién era realmente, cuando nunca buscó culpables en sus situaciones más difíciles excepto él mismo, se fijó en alguien. En esa "ella" de esta historia. Un gran amigo suyo en aquél entonces tenía una "novia", o así la describía él mismo porque dado a sus pocas experiencias en la materia, no encontraba otra palabra para definirla a pesar de que su amigo y ella llevaban de todo menos una relación estable.Él le hablaba de ella como si fuera algo insignificante en su vida, con sonrisas y quitándole importancia a una persona humana, algo que el chico no podía comprender, pues no pensaba que nadie mereciera la indiferencia, y menos si se trata de una pareja y una chica que supuestamente está enamorada de su amigo, quien habla de ella como si se tratara de un mueble. Eso sentía él, y con el tiempo fue creando cierto vínculo indirecto y sin darse cuenta con ella. Pues en sus pensamientos la compadecía, y se sentía mal por ella, e incluso sentía ganas de protegerla y arrebatarla del lado de aquél que no la merecía. Y cada vez que se preguntaba a él mismo por qué aquella chica seguía manteniendo tal tipo de relación, se lo estaba preguntando a ella, pues en el otro bando, la chica se preguntaba exactamente lo mismo, y sólo deseaba que alguien la sacara a la fuerza, fuerzas que a ella le faltaban. Él pudo tener acceso a ella a través de una red social. Ahí es cuando se rompió la barrera y las vidas dejaron de vivirse paralelamente, pues sería la puerta que les llevaría a comprender quiénes eran y darse cuenta de que sus vidas realmente nunca fueron vividas paralelamente, si no que siempre tuvieron un vínculo importante, un vínculo que comprendieron a la primera mirada intercambiada. Ella no sabía quién era, sin embargo existía una conexión, a través del amigo de él y "novio" de ella. Vio algunos comentarios suyos en sus fotos, pero no le prestó demasiada atención a ese chaval. Pero él, sin embargo, vio algunas fotos suyas, y algo dentro de él empezó a cambiar. Algo nuevo estaba a punto de pasar... 

Pasó el tiempo, nunca se hablaron, a pesar de que ella vio una foto suya, con curiosidad, y su cara siempre permanecería viva en sus recuerdos. Entonces la chica, después de haber vivido de los momentos más solitarios, desesperantes y turbios de su vida, recurrió a su mejor amiga, empezando a salir de toda la mierda en la que estuvo relacionada. Rompiendo cualquier vínculo con las malas compañías que sólo la denigraban y que con el tiempo provocaron que su verdadero yo quedara encerrado hasta que apareciera su próximo liberador, por así decirlo. Fue invitada a un concierto. Un concierto en el que se encontraba gente que ella esperaba que fueran la clave para su próximo movimiento en el tablero que supone la vida. Pero no fue así directamente, sólo fue el detonante. Esa misma tarde conoció a una chica, una chica con la que enseguida pudo abrirse, pues eran bastante parecidas. Y en una de sus charlas aparentemente triviales, aquella chica mencionó un nombre. El nombre de una persona que ella pensó que nunca crearía repercusión en su vida, una persona que ella, hasta entonces, creyó irrelevante. Pero todo eso cambiaría en un momento. En el instante en el que oyó "Xesc Cuenca". Por algún extraño motivo, aunque sabía que era conocido de algunos de sus amigos y nunca antes había prestado especial atención hacia él, de repente le recordó como si lo conociera de toda la vida, su foto ardió dentro de su mente recordando su cara, y, repentinamente, algo se removió en su interior. 


"Su foto ardió dentro de su mente recordando su cara."

Nunca sabré decir si fueron mis tripas, o si fue mi corazón el que dio un vuelco, más que nada porque sé que se trató de algo mucho más adentro, algo que se revolvió, como un espasmo, en un viaje muy rápido de ida y vuelta entre una dimensión paralela y la realidad. Hasta que regresé, y le dije a esa chica que le conocía. Cuanto más escuchaba lo que me contaba sobre él, más se resentía ese "algo" en mi interior. Inexplicablemente me decía a mí misma: "eso no es cierto, Xesc no es así." O "Él no haría eso", pero mi cara permanecía con una sonrisa mientras le aconsejaba, sintiendo como si me arrebataran una parte de mi ser bruscamente, sintiendo, tal vez demasiado, que las cosas no debían ser así y decepcionada conmigo misma por permitir que ocurrieran de ese modo aún cuando una voz en mi cabeza me decía que ese no era el orden que debían seguir las vidas de los tres implicados. Pero, efectivamente, las cosas no tardarían mucho en cambiar.

En los siguientes días, conocí a gente nueva. Me apegué bastante a la compañía de esa chica, quien me llevó a un fantástico lugar con buenos amigos y también con fantasmas del pasado. Fantasmas que en un pasado me habían causado dolor, pero que en ese momento no me afectaron con su compañía, porque algo dentro de mí y en mi vida estaba cambiando. Porque no podía evitar sentirme feliz sin saber por qué y a la vez me sentía separada de algo importante para mí que aún no podía entender qué era. Ese fue el día en que ella me comunicó algo que creó cierta sospecha en mí. "Lo que me hace sentir tan vacía es que me falta él". Pero para mí era una simple tontería. Es más, ni si quiera sentía encaprichamiento hacia él, aún no le había visto nunca en persona, y ella incluso me había dicho que a él le caía mal. No tenía ningún sentimiento hacia él, y, además, como referencia física sólo tenía la primera foto que vi, nunca vi otra. Así que no lo comprendía, "pero, si no le conozco", me decía a mí misma. "¿Por qué siento que sí lo hago?" era mi respuesta. Sentía que le conocía, y decidí pensar que tal vez lo que se desgarraba en mi interior no era más que el saber que le conocía sin conocerle realmente. Pero entonces llegó el día. Cuando pude verle físicamente por primera vez. Yo le temía, algo dentro de mí se estremeció la primera vez que le eché un vistazo. Pensaba que me repudiaría, que mi presencia en esa casa no le gustaba, que me odiaba. Pero no pude evitar sentirme como en casa toda la noche, incluso físicamente lejos de él o en otra habitación, me sentía muy cerca de él, tal vez porque era la primera vez que tenía su presencia física tan próxima, y hasta entonces sólo le había sentido próximo en pensamientos. En muy poco tiempo, en solo un par de miradas de las más intensas que me han dedicado, y en un simple abrazo sentí en mi interior algo más fuerte que todo lo que había experimentado hasta ahora, en tan sólo 16 años. Era como si de repente se hubieran alineado todos los planetas, y absolutamente cada criatura sobre la Tierra cantara en armonía la preciosa melodía que describía la sensación de flotar por el cielo que experimentaba cada vez que él estaba cerca. Hicimos las cosas mal desde el punto de vista social en su momento. Hicimos daño a alguien importante para mí, y siempre me sentiré culpable, pero nunca me arrepentiré de haberme dado la oportunidad de conocer mi destino. Porque pese a todo, seguimos adelante. Porque ese chavalín que nació hace dieciséis años ya y vivió una vida paralela a la mía resultó convertirse en mi novio, mi mejor amigo, mi hermano, mi amante, mi confidente y mi alma gemela. No cabía duda. Siempre me lo dice mi madre: "mira la de vueltas que ha dado tu vida para llevarte final e inevitablemente hasta él". Y así es. Siempre estuvimos relacionados, y cuando se abrió la puerta que nos llevaría a encontrarnos por fin, el momento en el que escuché su nombre aquella tarde en molinos, supe que mi camino hasta ahora había sido el acertado, y las veces que me desvié lo pagué, pero nunca impidieron nuestro encuentro. Ahora sé que todo lo que he vivido tenía relación directa con él, así como también sé que una parte de mi vida ya está solucionada. Desde que tengo 5 meses de edad, mis pasos me han llevado por el mismo camino que él en diferentes lugares, pero pasando por las mismas situaciones e incluso las mismas personas, llevándonos como meta hacia nosotros mismos. Juntándonos por fin, como debía ser. Siendo mi intento de enmendar mis errores mi salida hacia esa meta, y siendo su primera experiencia en una relación el detonante de que apareciera la definitiva. Y se lo agradezco a Dios de todo corazón, pues no nos cabe duda alguna de que nuestro encuentro no fue en vano, ni mucho menos casualidad. Porque ahora estamos a otro nivel en nuestras vidas, preparados para lo que sea, juntos, nosotros contra el mundo, pues una parte importante en nuestras vidas ya se ha cumplido. El complementarnos. Ya que ahora yo sé quién soy y él sabe quién es, aunque nos ha costado el cielo y la tierra descubrirlo. Ahora que nos hemos juntado somos sólo una persona, con pensamientos diferentes, pero con almas idénticas. Y estamos más listos que nunca para afrontar el camino que se abre ante nuestros pasos. Y ocurrió dieciséis años después de nuestros nacimientos. Fue el momento en el que nuestras vidas se cruzaron, cambiando para siempre.


Y ahora que ya se sabe que esta historia habla de nosotros, puedo aseguraros que esas pequeñas manos suaves de bebé son las que hoy me abrazan y me protegen, e incluso se comunican conmigo.
Y que esos pequeños y delicados pies de bebé son los que hoy guían mis pasos, y los que me permiten que los guíe. 
Y que esos grandes ojos de bebé que miraban con curiosidad y entusiasmo el mundo son los que hoy, cuando conectan con los míos, me hablan sin necesidad de palabras, y conectamos de tal manera que ambos, juntos, y solo así, somos capaces de mirar al mundo con la misma intensidad con la que lo mirábamos hace dieciséis años.

Porque mi vida cogió un rumbo asegurado cuando tú naciste, y porque el día de tu dieciséis cumpleaños pude regalarte lo que nunca te habían regalado, devolviendote el favor de lo que me regalaste tú hace dieciséis años, cuando llegaste y volviste mi mundo del revés, poniéndolo en la posición correcta. Gracias, porque has sido el mejor regalo que me han hecho nunca, porque no es una simple relación, es el destino, este ha sido el año en el que todo en mi vida ha cobrado sentido, y me han regalado ni más ni menos que 90 eternidades junto a ti, se ha abierto esa puerta que me parecía tan lejana, y todo porque ocurrió, hace cinco meses ya, justo el mismo tiempo que tenía yo cuando naciste, que nuestras vidas tomaron el mismo rumbo por fin, después de haber resultado así muchas veces indirectamente y alejados. Pero hoy ya estamos juntos, y esta vida, la viviremos así, juntos.

Muchas felicidades bichito mío, y muchas gracias por haber aparecido, sé cierto que cumplirás muchos más a mi lado, donde debes estar. Agradezco ese 20 de abril del 2013, y ese 2 de octubre de 1997, y agradezco cada momento junto a ti, y los que están por venir, pues digan lo que digan, lo nuestro fue planeado antes de nuestro nacimiento.



Te quiero, te amo y te ay muchisísimo, mi bebé.


Todo lo que necesito
es alguien como tú,
mi más preciado cariño.
Por favor, ámame.
Dentro de mi corazón 
ruego que tu respuesta sea sí.
Haré que tu vida esté
llena de felicidad,
estaré ahí, a tu lado.
Me comprometo contigo,
con Dios como nuestro guía.
Oh, mi más preciado cariño,
te doy mi corazón.
Oh, sí, siempre que me necesites,
estaré ahí, a tu lado.
Me comprometo contigo,
con Dios como nuestro guía,
oh, nada, nada, nada en este mundo
puede mantenernos separados,
my dearest darling.

¡FELICIDADES!
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¡CLICA, CLICA, ES UNA CANCIÓN PARA TI!

Y ahora disculpa que no te haya dejado leer esta entrada hasta cinco días después de tu cumpleaños, también la publiqué cuando ya eran las doce del día tres de octubre, pero como pasé todo el tiempo contigo, no pude escribirla, y las fotos que tenía pensadas poner en la entrada me dieron problemas para pasarlas al ordenador, no he podido hacerlo hasta hoy, y como básicamente he escrito tu biografía, quería que estuviera completa antes de que la leyeras... felicidades de nuevo, ya sé que te dí tu regalo justo el día de tu cumpleaños, y fue una de las mejores noches de mi vida, ahora que nos hemos encontrado puedo concluir tu biografía con una fotografía del presente, tú y yo, como debe ser.



¿Fin?



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